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La baja de retenciones ayuda, pero falta: lejos del puerto y alquilando, se sigue perdiendo dinero

Fuente: Infocampo 12/08/2025 10:54:38 hs

Un informe de la Fundación Mediterránea analiza el nuevo escenario económico ante la reducción de retenciones. La rentabilidad del productor mejora, pero bajo una presión tributaria que continúa siendo altísima.

“La baja de las retenciones representa una mejora concreta para el negocio de producir granos frente al escenario contrafáctico en el que las alícuotas no se reducían. Al tratarse, esta vez, de una medida permanente, también aporta mayor previsibilidad y reglas de juego más claras para todos los actores del sector. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer. Los márgenes proyectados para la campaña 2025/26 se mantienen por debajo del promedio de las últimas ocho campañas y la carga tributaria seguirá siendo muy elevada”.

Esta es la síntesis de un informe elaborado por el investigador Franco Artusso, del Instituto de Estudios (IERAL) de la Fundación Mediterránea, en el que analiza el panorama económico en que se encuentra el productor argentino para encarar la nueva campaña, con la reducción permanente de derechos de exportación ya vigente.

Desde esta institución vienen siguiendo de cerca la evolución del tema, con especial énfasis en el análisis del impacto potencial de estas medidas sobre la rentabilidad de la producción de granos y la recaudación fiscal en los distintos niveles de gobierno (Nación y provincias).

LOS NÚMEROS DE LAS “NUEVAS” RETENCIONES

En esta ocasión, a partir del nuevo esquema tributario y las cotizaciones futuras de los granos, Artusso elaboró una primera estimación de la rentabilidad agrícola para la campaña 2025/26, diferenciando los márgenes antes y después de impuestos.

El objetivo es aproximar el impacto microeconómico de la medida, tanto sobre la rentabilidad del productor como sobre la recaudación fiscal de Nación y provincias, comparando los resultados del nuevo escenario con un contrafáctico en el que las alícuotas de retenciones se mantenían sin cambios.

Adicionalmente, se incorpora una comparación histórica que permite ubicar los márgenes actuales en perspectiva frente a los registros de campañas anteriores.

Baja de retenciones: primeros cálculos sobre cómo podría impactar en los precios y en la economía

El marco de referencia para los cálculos es el conjunto de modelos agrícolas que IERAL viene utilizando desde hace tiempo. Se analizan cuatro casos que buscan reflejar la heterogeneidad del sector, definidos a partir de dos zonas geográficas —la zona núcleo (sudeste de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires) y la zona extrapampeana (norte de Córdoba, Santiago del Estero y otras áreas del centro-norte del país)— y dos modalidades de tenencia de la tierra: campo propio y campo alquilado.

En todos los casos se considera una escala de 500 hectáreas con una rotación de cultivos del 50% soja y 50% maíz. Además, se supone que el 90% de la soja producida en cada establecimiento tiene destino de exportación y el 10% se vende en el mercado interno; en el caso del maíz, se considera una relación 70-30%, respectivamente.

Las principales diferencias entre zonas responden a la productividad de la tierra (rendimientos), las distancias a puerto (costos de transporte) y los requerimientos específicos de insumos y labores según la ubicación (costos directos). En tanto, la diferencia entre propietarios y arrendatarios dentro de una misma zona está dada por el costo del alquiler, que se calcula en quintales fijos de soja por hectárea (15 en la zona núcleo y 8 en la extrapampeana), valuados al precio FAS Rosario vigente al momento de la cosecha.

Además de los supuestos antes mencionados, las proyecciones asumen precios FOB (puertos argentinos) de U$S 420 por tonelada para la soja y de U$S 214 para el maíz (promedio marzo – agosto 2026, ajustados según cotizaciones futuras en el mercado de Chicago) y un escenario en que los costos de producción de los distintos modelos agrícolas se mantienen constantes en dólares reales al nivel de mediados 2025.

Así, las principales conclusiones que surgen son las siguientes:

  • La rentabilidad neta del productor (margen después de impuestos) mejora entre 31,6 y 60,5 dólares por hectárea, según la zona y el régimen de tenencia de la tierra. Para productores propietarios, la mejora en el margen neto (ingresos menos costos e impuestos) asciende a 60,5 dólares en zona núcleo y 47,5 dólares en zona extrapampeana. Para productores arrendatarios la mejora es de 31,6 dólares y 40,3 dólares, respectivamente; aunque en este último caso la mejora solo alcanzaría para reducir pérdidas (de –68 dólares a –28).
  • La recaudación por derechos de exportación cae entre 53,9 y 71,8 dólares por hectárea (una pérdida del 22 % respecto al escenario sin desgravación), pero la recaudación tributaria total (nación + provincias) se reduce proporcionalmente menos (entre 9% y 15%). Esto se explica, principalmente, por una mayor recaudación del impuesto a las ganancias y en menor medida de otros tributos (ingresos brutos, cheque).
  • Las provincias captarían entre 6,2 y 14,6 dólares adicionales por hectárea (un aumento del 12% al 21% según la zona), mientras que Nación perdería entre 37 y 60,7 dólares por hectárea (una caída del 15-18%). En este análisis se excluye el caso del productor arrendatario de la zona extrapampeana, dado que, bajo los supuestos del modelo y las condiciones actuales de precios, costos y presión tributaria, esa tierra directamente no sería puesta en producción y por ende no generaría ingresos al fisco.
  • La carga tributaria total —entendida como el porcentaje de la renta generada (ingresos menos costos) que el productor no puede apropiarse por efecto de los impuestos— se reduce entre 6 y 14 puntos porcentuales tras la desgravación. No obstante, sigue siendo muy elevada: alcanza entre el 53% y el 70% para propietarios y arrendatarios de la zona núcleo, y entre el 68% y el 112% en la zona extrapampeana. Que en todos los casos supere el 50% implica que, en dólares por hectárea, el productor seguirá perdiendo más por impuestos que lo que logra conservar como ingreso neto.

En relación con este último punto, si bien la simulación simplifica una realidad diversa incluso dentro de una misma zona (al asumir ciertos niveles de eficiencia, esquemas de rotación, etc.), el resultado de una carga tributaria superior al 100% para arrendatarios de la zona extrapampeana ayuda a comprender una preocupación recurrente en el sector: la alta presión impositiva.

“Los impuestos vuelven inviable la actividad en zonas marginales, de menor productividad y mayor distancia a los puertos, especialmente si hay que pagar alquiler”, resalta Artusso.

Sin embargo, “si continúa el proceso de desgravación de las retenciones, muchas de estas tierras podrían volverse rentables y reactivarse la expansión de la frontera agrícola”, añade.

RETENCIONES: UNA COMPARACIÓN CON CAMPAÑAS ANTERIORES

Así, con la baja parcial de retenciones y bajo las condiciones previamente descritas, los márgenes agrícolas proyectados para la campaña 2025/26, comparados con la rentabilidad promedio de las últimas ocho campañas (2017/18–2024/25), y asumiendo rendimientos teóricos constantes en el tiempo, resultan inferiores en 103, 54, 49 y 23 dólares por hectárea con relación a los ya mencionados.

En tanto, “la carga tributaria continuará siendo muy elevada en 2025/26, y vista en perspectiva, se ubicará en niveles muy similares al promedio de las últimas ocho campañas”, insiste Artusso.

El artículo completo se puede consultar aquí: https://novedadeseconomicas.ieral.org/baja-de-retenciones-mejora-la-rentabilidad-pero-la-presion-tributaria-continuara-elevada-la-proxima-campana/

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