Anuario 2025: Argentina se anota en la “nueva era” mundial de la ganadería
La liberación total de las exportaciones y una demanda mundial sin techo alimentan las expectativas de la ganadería argentina, que tiene la oportunidad de subirse al tren aprovechando toda su trayectoria histórica en la producción de carne de calidad.
El 2025 será recordado por la ganadería argentina como un año de consolidación y prosperidad. Lejos de ser un simple “boom” coyuntural, la producción de carne experimentó un escenario históricamente positivo, que los principales analistas no dudan en calificar como una “nueva era” para la actividad.
Este panorama estuvo impulsado por una combinación de factores internos y externos que convergieron para maximizar la rentabilidad del productor: una demanda global en franco crecimiento, precios internacionales que parecían no tener techo y, fundamentalmente, el quiebre de décadas de políticas restrictivas en el comercio exterior.
La clave de aliciente de este año excepcional fue, precisamente, la decisión de eliminar “todo tipo de restricción a las exportaciones”.
Esta medida permitió al país capturar, en igualdad de condiciones con sus competidores, la avidez del mercado mundial. Para un negocio cuya propia biología exige planificación a largo plazo, la estabilidad en la apertura comercial fue el principal motor de reactivación y confianza.
“Boom” sectorial: la ganadería argentina cerrará el año movilizando más de U$S 20.000 millones
Según manifestó a Infocampo el reconocido asesor ganadero Víctor Tonelli, este proceso “recién empieza y va a durar mucho tiempo”. El diagnóstico se apoya en el crecimiento “increíble o sorpresivo” de la demanda mundial, la cual logró superar largamente la capacidad de abastecimiento.
Tonelli enfatizó que esta presión alcista se reflejó en los precios de la FAO, que al inicio del período ya acumulaban 21 meses consecutivos de suba.
“Para mí lo más importante de este gobierno, además de todo lo que ha hecho, es que liberó totalmente muchas restricciones que nos permiten volver al mundo y capturar todas las oportunidades; eso es extraordinario”, sentenció el especialista. Esta capacidad de capturar oportunidades es esencial para un sector que “necesita largo plazo”.
DOBLE VENTAJA: PRECIOS ALTOS Y COSTOS BAJOS
La alta demanda externa se tradujo directamente en un entorno de alta rentabilidad para el sector productivo primario.
La suba continua de los precios internacionales, lejos de encontrar un techo, se combinó con un factor interno que potenció las ganancias: el valor de los granos forrajeros, que se encontraron en un piso histórico.
Esta coyuntura hizo que la utilización de granos en la etapa final de engorde resultara “muy barata en dólares”.
Víctor Tonelli, consultor ganadero
Esta relación entre un costo de inputs bajo y un valor del producto final alto convirtió al 2025 en un período de ganancias inusitadas.
Tonelli fue categórico al resumir el balance: el año se cierra como “verdaderamente para poner en un marco“, con proyecciones que aseguran una continuidad de esta tendencia favorable por “como mínimo dos años más”.
La visión de largo plazo de esta “nueva era” se alimenta, además, de tendencias estructurales. El ingreso de China como el gran consumidor, que pasó de importar 200.000 a 3.800.000 toneladas anuales en solo 12 años, y la creciente participación de países del sudeste asiático, Medio Oriente y el norte de África, son pruebas de que la demanda es un fenómeno de fondo.
A esto se suma la “revalorización de las proteínas cárnicas” que, según Tonelli, llega de la mano de las nuevas generaciones. En este contexto de crecimiento global, incluso Estados Unidos, el principal productor mundial, duplicó su volumen importado, comprando carne hasta un 30% más cara. “Los precios internacionales están lejos de tocar el techo“, aseguró el consultor.
CHINA: ESTÍMULO Y EFICIENCIA ESTRUCTURAL
En tanto, más allá del cambio de política local, el mercado chino continuó jugando un rol fundamental, no solo como destino de exportación, sino como un factor de estímulo para la eficiencia de la ganadería argentina.
La apertura al mercado chino, consolidada desde 2018 con la exportación de cortes con hueso, resolvió un problema histórico: el bajo valor de la vaca improductiva.
Al darle un destino de alto valor a este producto, China impulsó la salida de animales improductivos y forzó una mejora significativa en la actividad de cría. Los resultados de esta corrección estructural son contundentes: la relación ternero-vaca, que históricamente se ubicaba entre el 62% y el 64%, se ha mantenido en los últimos tres años entre el 68% y el 69%.
En ese sentido, Tonelli destacó que estos “casi cinco puntos de mejora en la tasa de marcación o la relación ternero/vaca es un montón“, lo que confirma que China ha sido un factor “muy, muy estimulante al negocio”.
Esta mejora en la eficiencia, cimentada sobre la libertad exportadora, promete una sostenibilidad a largo plazo para la actividad, que proyecta duplicar o triplicar el rodeo en los próximos años. En este marco optimista, se sumó la expectativa de un acuerdo comercial con Estados Unidos que, aunque sin detalles finales, se espera que cuadruplique la cuota de exportación de carne bovina libre de aranceles de 20.000 a 80.000 toneladas.
“Es un acuerdo de extrema importancia. No recuerdo otro con esta magnitud y bilateralidad”, comentó Tonelli, pronosticando que se trasladará directamente a la renta y elevará el precio de la tonelada en al menos 2.000 dólares más.
LA “INCÓGNITA BRASILEÑA” Y EL AJUSTE INMINENTE
A pesar del optimismo local, el mercado internacional cerró el año bajo la sombra de un fenómeno extraordinario e incierto: la superabundancia de oferta y la extrema competitividad de Brasil.
El licenciado Ignacio Iriarte, director de Informe Ganadero, puso el foco en el ciclo ganadero del gigante sudamericano, que actualmente domina las proyecciones globales.
“Brasil ha logrado posicionarse con un precio del ganado por kilo vivo muy por debajo de sus competidores, registrando valores cercanos a los $3.60 (dólar) por kilo vivo, mientras que Australia y Uruguay oscilan entre $5.30 y $5.50″, resaltó.
La clave de esta competitividad es un aumento extraordinario en la faena. Iriarte señaló que en momentos puntuales del último año, la faena brasileña llegó a estar un 38% por encima del año anterior, una cifra que calificó de “escandalosa” considerando que los cambios normales son de apenas 3% o 5%.
Esta oferta masiva permitió a Brasil apropiarse de la mayor parte del crecimiento reciente del mercado mundial, capturando 1.2 millones de toneladas del aumento total de 1.6 millones en los últimos dos años.
Ignacio Iriarte, analista ganadero
La magnitud de esta oferta ha generado un misterio, con dos hipótesis principales: que Brasil tenga un stock subestimado o, la más probable, que esté inmerso en un proceso de liquidación ganadera. Iriarte advierte que, si bien el origen de la oferta masiva es incierto, la mayoría de los pronósticos apuntan a que esta superabundancia y los precios bajos “se van a acabar” entre finales de este año y principios del próximo.
“Nadie sabe exactamente a qué obedece una oferta ganadera de tal calibre”, expresó Iriarte. Sin embargo, de confirmarse el fin de la liquidación, el impacto sería mayúsculo.
Las consultoras privadas proyectan que la faena brasileña podría caer hasta un 9% el próximo año, lo que significaría que al país le podría faltar un millón de toneladas que actualmente le están sobrando. Iriarte concluyó que si Brasil pasa de la liquidación al equilibrio, el mercado mundial ganará una “firmeza adicional”.
El ajuste esperado, junto con las decisiones que se esperan de China respecto a aranceles o cupos, serán los dos grandes factores que determinarán la dinámica de precios y volúmenes en el sector internacional para el próximo ciclo, que se anticipa tan o más prometedor que el que acaba de finalizar.
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